martes, 8 de septiembre de 2015

DIEZ CONSEJOS PARA SER UN PASTOR EXITOSO Y MILLONARIO.

        

1)     Convenza a la gente que Dios sólo habita en su congregación, y en los días de servicio, así que pueden ser tocados, tratados y acariciados por Dios sólo en las reuniones, y solamente a través de su pastor porque no hay otro ungido como usted.  La idea es conectar bendición con la presencia de su pastor, no con Dios.  De lo contrario se le pueden ir a otro lugar.

2)      Hay que crear algo muy parecido a un ejército, con una escala de mandos y conducto regular donde la obediencia tiene premio y la falta de sujeción es muy mal vista.  Que se sometan a todo lo que se les demande, sin cuestionar nada.  Recuerde que a la gente le gusta ser mandada, no piensan por sí mismos. No usan el cerebro y eso es bueno para este proyecto.

3)      Téngales un objeto de adoración, como un templo por ejemplo, el cual debe ser  grande y lujoso. Recuerde que su ministerio se va a desarrollar allí.  A mucha gente le gusta pertenecer a algo que hable de éxito y prosperidad: buenas butacas, buen sonido, gente linda, olor a éxito.  Enséñele a esa gente que ganen a otros como ellos, no permita que se le chacree con gente pobre o inculta.

4)      Predique siempre cosas impactantes y novedosas, no importa que no sean muy apegadas a las Escrituras y, cuando se le acaben las ideas, tenga invitados famosos y llenos de glamour; la idea es ganar nuevos adeptos con técnicas de comunicación y buenas relaciones humanas.  Nunca hable del pecado o de la santidad, vivimos otros tiempos y la gente quiere estar tranquila y relajada.

5)      Haga que ese lugar sea lo más parecido a una productora de eventos y nunca un lugar donde Dios hable, aunque, obviamente, usted tiene que usar el nombre de Dios y hacerlo parecer espiritual; una buena idea son los conciertos con cantantes que emocionen a la gente.  No se olvide que las lágrimas generan buenas y generosas ofrendas.

6)      Por nada del mundo se junte con otros pastores que no piensen como usted, porque podrían arruinarle el negocio.  Usted enseñe la unidad, el cuerpo de Cristo, pero dentro de la burbuja donde usted reina, que la gente sea una dentro de esas paredes y que el cuerpo de Cristo sea su congregación.  No permita que nada se escape de su control.

7)      Trate al pecador con mucho cariño, pues es una víctima del sistema opresor, pero hágalo sentir culpable de algo, de no diezmar, de no dar más, de no asistir a todos los eventos, etc.  La idea es que sea un deudor de usted, así se convertirá en su seguidor para siempre, sin cuestionamientos.

8)      No se meta con los problemas de la sociedad. Deje que los ateos, los ecologistas, las feministas, los abortistas, los gays, la banca, los sindicatos o los empresarios hagan lo que quieran con el país; usted haga sentir a la gente protegida en sus cuatro paredes, así los puede tener todos los días y que paguen por la seguridad que ese lugar les otorga.

9)      Enséñele a la gente a dar hasta que les duela, pues así los hará prósperos.  Cóbreles por todo, por entrar, por salir, por la Palabra, por los milagros, por las sanidades, por los retiros, etc.  Invente eventos para pedirles, tales como un primer encuentro con Jesús, un reencuentro cuando se enfríen, otro encuentro cuando pololeen, otro cuando se casen, otros cuando sean padres, etc.  Tres o cuatro ofrendas por reunión debe ser normal. Y que no den lo que a ellos se les ocurra, usted fije los montos.  Si ellos no tienen en ese momento haga que se comprometan a traer lo adeudado.  Que firmen algo o dejen una garantía. Invite a alguien que sepa pedir, hay profesionales en esta área.

10)   Y como usted es la mano de Dios en la tierra, tiene que crear una imagen lejana, intocable, irreal. Después de predicar no los salude por ningún motivo, que lo vean de lejos, como si usted fuera Dios, que su grey no sepa dónde usted vive, ni dé su número a nadie.  Aprenda de Jesús, quien por bajar al terreno de la familiaridad vio afectado su ministerio, de tal manera que no hubo milagros ni honra en ese lugar.  Usted es el Apóstol o El Profeta, el Patriarca o, por lo menos, el Obispo, pero jamás acepte que alguien lo rebaje al grado de pastor y, muchísimos menos que lo tuteen. Ellos deben considerar un privilegio que alguien como usted los pastoree, de tal manera que cada vez que se les acerque y los toque será algo muy especial para sus vidas.  No les enseñe a depender de Dios, sino de usted.  Una buena forma es hacerlos recibir unción, fuego o lo que ellos sientan en la reunión principal, así no querrán faltar nunca para no perder la bendición.  Ah! Un detalle final, el aspecto físico también habla, así que aprenda  a usar ropa sólo de marca, viaje en primera clase, llegue a hoteles 5 estrellas, use joyas muy caras, pues recuerde que usted tiene que hacer creíble el cuento.
                                                    
                                 Le deseo el mayor de los fracasos por ser otro desgraciado más interesado en engrosar las filas de la mediocridad.

                                                                                                              Pastor Rubén Rodríguez R.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Ja ja, esta buena, aunque no van a faltar los que tomaron apuntes de estos irónicos consejos.....

Unknown dijo...

Ja ja, esta buena, aunque no van a faltar los que tomaron apuntes de estos irónicos consejos.....

Unknown dijo...

Interesante ..!