domingo, 1 de junio de 2008

¿LIDER O SIERVO?

Creo que la gran pregunta en estos días es ¿la iglesia necesita líderes o siervos?, dicho de otra manera ¿necesita la iglesia gente adiestrada en recursos humanos o necesita hombres levantados por Dios? Porque, aunque nos llame a confusión, no es lo mismo un líder que un siervo. Un líder es un hombre que siempre va adelante porque tiene las respuestas para sus seguidores. Su condición lo sitúa en esa posición. Si varía su condición, inevitablemente perderá también su posición (por esa razón es que se llama líder, viene del anglicismo leader: guía). El siervo no siempre está adelante; puede estar atrás, pisoteado por los hombres, humillado, pero siempre va a ser el siervo (es siervo porque está en lugares celestiales, en una posición no en una condición).
El líder es diestro en recursos humanos y en estrategias. Todo lo que hacemos hoy en nuestras universidades teológicas, escuelas, seminarios y capacitaciones es producir un liderazgo fuerte y eficaz, en muchos casos capaz de llevar adelante las organizaciones con éxito. Pero un siervo sólo requiere dos cosas: revelación de Dios y unción para comunicar esas verdades reveladas.
El líder es de factura humana, es incentivado por otros líderes a tener esa condición, pero el siervo nace por voluntad de Dios.
El líder nace por las circunstancias, ya sean éstas planes evangelísticos, necesidad de conducción, organigramas estratégicos, etc. Pero un siervo nace por obra y gracia de Dios.
El líder puede pecar y seguir siendo el líder por las necesidades de una determinada estrategia, pero el siervo no puede pecar sin dañar gravemente la iglesia y el ministerio.
El líder siempre lleva a sus seguidores a perseguir el éxito y la prosperidad, pero el siervo lleva a todos los que le oyen, inevitablemente, a los pies de la cruz y a la negación de sus propias vidas.
El líder enseña un plan determinado para llegar a las metas requeridas. El siervo de Dios no sabe nada más que el Reino de Dios.
El líder se realiza logrando sus metas trazadas. El aplauso de sus seguidores le acarreará puertas abiertas al éxito, la fama y el dinero. El siervo se realiza logrando las metas de Dios, aunque esto signifique su propia derrota personal y su descrédito entre los hombres. Recibe aplausos de Dios, no de los hombres.
Satanás fue un líder. El mejor. Jesús fue un siervo de Dios.
El apóstol Pablo comprende muy bien estas verdades y, cuando vemos su ministerio, podemos observar la transparencia de su vida. Si hoy llegara una carta de él a nuestras congregaciones, tal y como llegan a muchas organizaciones las solicitudes de trabajo de obreros cristianos recién egresados de sus seminarios, con toda seguridad que no reuniría los requisitos mínimos de postulación.
Veamos su currículum: "Se ofrece pastor tuerto, con una larga trayectoria farisea, expulsado de muchas sinagogas por causar disturbios. Encarcelado en varias ocasiones y se le conoce por dejar abandonados varios lugares que levantó. Sus alumnos hablan de él como una persona fuerte y dominante, que a veces trata a los creyentes como estúpidos (necios) y se refiere a su pasado como caca (estiércol). Hay comentarios que hablan de su intolerancia con siervos muy ungidos (como cuando reprendió a Pedro y Bernabé en Antioquía). Ha hecho cosas locas, como raparse y pagar la ofrenda para poder estar con los fariseos nuevamente (como aceptar predicar en la iglesia católica y ponerse sotana). Entre las congregaciones que ha pastoreado se rumorea que hay divisiones, muchas carnalidades, borracheras en la santa cena, y juicios entre creyentes. No reconoce autoridad en ningún hombre, sosteniendo que el evangelio se lo enseñó Jesús en persona. Y circula una carta de su puño y letra donde le recomienda a uno de sus discípulos no beber más agua , sino vino a causa de algunos dolores estomacales..."
¿Sabe cuál sería la respuesta a esta solicitud de trabajo por parte de la junta oficial de esa congregación?: No se acepta. Necesitamos un líder que de más garantías.

1 comentario:

wmcpapastor dijo...

Gracias a Dios por este articulo, estan totalmente en lo cierto. Nosostros los siervos de Jesus, debemos parecernos a El. Pues el evangelio de Cristo debe ser predicado por siervos y no por lideres, porque el siervo, escucha la voz de su Pastor "Jesus".
Que Dios les continue bendiciendo.
Atto.
Pastor, Washington Montenegro